21 abr 2011

ANIVERSARIO DE LA CATEDRAL




La catedral de Santiago de Compostela celebra hoy 800 años de su consagración. El acontecimiento ha sido declarado de excepcional interés público por el gobierno de España. Por este motivo Ayuntamiento, Arzobispado y Consorcio de Santiago trabajan conjuntamente en la elaboración de un programa de actos que pone especial acento en las actividades culturales.

La catedral de Santiago acoge el sepulcro del apóstol Santiago, lo que convirtió al templo en uno de los principales destinos de peregrinación de Europa durante la Edad Media a través del Camino de Santiago.
La historia de esta basílica se remonta a los tiempos de Alfonso II el Casto, monarca del reino astur en los primeros tiempos de la reconquista. La leyenda dice que fue un ermitaño de nombre Pelayo quien localizó el sepulcro del apóstol. El obispo de Iria Flavia, Teodomiro, acudió a ver el hallazgo y, convencido de que se trataba de la auténtica tumba, trasladó a Compostela la diócesis.

El primer peregrino fué el propio rey astur, Alfonso II, que se desplazó desde Asturias y mandó construir la primera basílica.
Santiago fué creciendo en torno a esta gran basílica que será ampliada y reformada en épocas posteriores, y consagrada catedral el 21 de abril de 1211 por el obispo Pedro Muñíz en presencia del rey castellano Alfonso IX.

Cuando fue consagrado en el 1211, el templo ya gozaba del privilegio de la absolución plenaria, otrogada en 1181 por el Papa Alejandro III a todo el que visitase la basílica en un Año Santo.

Los años santos se conmemoran cuando el 25 de julio, día de Santiago, cae en domingo. Esto sucede con una cadencia de 6, 5, 6 y 11 años. El próximo año santo tendrá lugar en 2021.

Uno de los elementos más populares de la catedral, declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1985, es el "botafumeiro", un enorme incensario que los "tiraboleiros" hacen oscilar por el crucero de la iglesia.

El botafumeiro mide un metro y medio y pesa unos 50 kilogramos, y sólo se utiliza en ocasiones solemnes. Su origen se sitúa en 1554, cuando se hacía necesario "disfrazar" los malos olores que desprendían los numerosos peregrinos que pernoctaban en la catedral. El botafumeiro servía así para purificar el aire del interior del templo.



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