El 11 de febrero de 1858 la joven Bernadette Soubirous ve a las afueras de la población de Lourdes una aparición que la maravilla. En una gruta se haya una joven muy bella vestida de blanco con una ancha cinta azul a la cintura y un rosario en las manos. Bernadette sacó su rosario y comenzó a rezarlo, la Señora también va pasando las cuentas del suyo entre sus dedos. Después retrocedió hacia la gruta y desapareció. Estas apariciones se repitieron 18 veces, hasta el día 16 de julio.
La noticia de las apariciones se extiende y muchos acuden al lugar para verlo, otros para burlarse.
En la novena aparición (25 de febrero) la Señora manda a Bernadette a beber y lavarse los pies en una fuente. La joven obedece y escarba en el suelo en el lugar que le señala la Virgen. Es el primer brote del milagroso manantial de Lourdes.
El 25 de marzo (16 aparición) Bernadette le pregunta, a petición del párroco, quien es y ella le dijo: "que soy era Immaculada Councepciou" (yo soy la Inmaculada Concepción)(Bernadette hablaba con la Señora en gascón). El dogma de la Inmaculada Concepción había sido proclamado tres años antes pero esta expresión era extraña para Bernadette, que se mantuvo firme y calmada en los sucesivos interrogatorios a los que fue sometida.
El 16 de julio de 1858 la Virgen aparece por última vez y se despide de Bernadette. Las apariciones fueron declaradas auténticas el 18 de enero de 1862.
En el lugar se construye un santuario y es uno de los lugares de peregrinación mayores del mundo. A él acuden al año 6.000.000 de personas y muchos enfermos han sido sanados en sus aguas milagrosas.
Cuando ocurre una curación el médico responsable de la peregrinación da cuenta de ello al doctor encargado de la oficina médica de Lourdes. Se hace un estudio minuciosos de cada caso para admitir el posible milagro.
De las más de 7000 curaciones que se han producido, sólo 68 se han reconocido oficialmente como milagrosas.
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