El Árbol de Jesé es un motivo frecuente en el arte cristiano entre finales del siglo XI y XVI, aunque se encuentran algunas representaciones tardías en el siglo XVII.
Árbol de Jesé de Bamberg (Baviera) Tallado en marfil, h. 1200 actualmente en el Louvre |
Representa la escenificación del árbol genealógico de Jesús a partir de Jesé, padre del rey David. Tiene su origen en una fórmula del libro del profeta Isaías (Is 11,1) "saldrá un retoño del tronco de Jesé, un vástago brotará de sus raíces".
Parteluz del Pórtico de la Gloria. Catedral de Santiago de Compostela. |
Jesé es representado acostado o recostado, más tarde sentado, a menudo en actitud de meditación o dormido con la cabeza apoyada en la mano. De su costado o de su vientre, a veces de su espalda, sale un árbol cuyas ramas representan los antepasados de Jesús, entre ellos David reconocible por su arpa.
El árbol de Jesé resume la esencia de la fe cristiana de ahí la importancia teológica del tema que llevó a su representación en todo tipo de soportes y técnicas artísticas. Las primeras representaciones son las miniaturas de manuscritos: evangelarios, biblias, leccionarios, salterios... Posiblemente de la miniatura el tema salta a los muros (pintura mural románica) llegando incluso a techumbres de madera como la de S. Miguel de Hildesheim (Alemania) y la vidriera gótica de la que es representación la de Saint-Denis y que dio origen a numerosas versiones como la de Chartres. También relieves románicos monumentales como machones, columnas... e incluso sillerías de coro, tapices y bordados.
Árbol de Jesé. Salterio de Ingeburge h. 1200 Chantilly, Francia |
Árbol de Jesé. Vidriera Basílica de Saint-Denis, Francia |
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