La oración sub tuum praesidium es, probablemente, el testimonio más antiguo y el más importante en torno a la devoción a Santa María.
Entre los papiros encontrados en Egipto, hay uno descubierto en las proximidades de la ciudad egipcia de Oxirrinco y escrito en griego clásico, que contiene una oración a la Virgen. Edgar Lobel (experto en papirología de la Universidad de Oxford) lo dató perteneciente al año 250 d.C.
Se trata de un tropario (himno bizantino) y es el texto más antiguo en el que se llama Theotokos es decir, Madre de Dios, a la Virgen. Dos siglos después, en el Concilio de Éfeso, se reconoció de forma solemne que este título era adecuado para la Virgen María.
La universalidad de esta antífona hace pensar que ya a mediados del siglo III era usual invocar a Santa María como Theotokos. Título que se origina en la piedad popular.
Es una tradución fiel del texto griego, recibida directamente de la tradición de la Iglesia, a través del latín en el caso de la Iglesia latina o del griego y el eslavonio antiguo en Oriente.
Su versión castellana dice así:
Bajo tu amparo nos acogemos,
santa Madre de Dios;
no deseches las súplicas
que te dirigimos en nuestras necesidades,
antes bien, líbranos de todo peligro,
¡Oh siempre Virgen, gloriosa y bendita!
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