La Misa Crismal es la principal manifestación de la Iglesia Diocesana. La celebra el Obispo con todos los presbíteros de la diócesis, y tiene el sentido de una estrecha relación entre el Obispo y los sacerdotes.
En la Misa Crismal se consagra el Santo Crisma y se bendicen los óleos de los catecúmenos y de los enfermos.
El Santo crisma es óleo perfumado que representa al Espíritu Santo. Nos es dado el día de nuestro bautizo y de nuestra confirmación, y también en la unción de sacerdotes y obispos en el día de su ordenación.
El Crisma se hace con aceite y aromas para significar "el buen olor de Cristo" que deben despedir los bautizados.
Con el óleo de los catecúmenos, los bautizados reciben la fuerza del Espíritu Santo, para que puedan renunciar al mal.
El óleo de los enfermos remedia las dolencias del alma y del cuerpo de los enfermos para que puedan soportar su enfermedad con fortaleza y aceptar la muerte. El aceite simboliza el vigor y la fuerza del Espíritu Santo.
El aceite simboliza que quien lo recibe se vuelve más robusto, más fuerte, sobre todo desde el punto de vista espiritual.
Los óleos los entrega el obispo a los sacerdotes, a la vez que les encarga distribuirlos oportunamente.
Fotos tomadas de http://www.pastoralsantiago.org/
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